Aún cuando se haya vuelto a pasar un poco la fiebre por los palos de selfie, los selfies siguen siendo muy populares. Cualquiera puede capturar un momento de forma rápida y sencilla y compartirlo con todo el mundo. Ya sean impresionantes edificios o espectáculos naturales, instantáneas al salir de fiesta o simplemente un saludo general a los amigos y seguidores en Instagram: uno se comunica vía selfie. Sin embargo, justo aquí es grande la tentación de utilizar la cámara frontal para una foto rápida. Así se evita girar presuntamente de manera complicada el móvil (y con ello, el brazo) y el motivo es que uno mismo se tiene siempre a la vista. Al fin y al cabo se desea comprobar si la imagen sirve para subirla a la red social o para enviarla rápidamente por WhatsApp a los mejores amigos antes de apretar el botón.
Tan rápido como se puede hacer un selfie con la cámara frontal de tu smartphone, la calidad de imagen de las fotografías tomadas es poco satisfactoria. Esto se debe a que la cámara especial posee dicho objetivo: tomar fotografías de manera rápida y fácil, las cuales no tienen que cumplir con grandes expectativas. Esta posee muchos menos megapíxeles y un peor sensor de la imagen que la cámara estándar en la parte posterior de tu móvil, lo que pasa factura en la resolución y en la calidad de la imagen.
Por lo tanto, si deseas hacerte un selfie o realizar un bonito retrato de otra persona, utiliza la cámara en la parte posterior. Con esta, las fotografías serán más nítidas; además, con la cámara frontal, la mayoría de las veces no se pueden modificar parámetros como el enfoque, el tiempo de exposición e incluso el uso óptimo del flash a la hora de hacerse un selfie. ¡Sin embargo, con ayuda de estas posibilidades de ajuste, podrás sacarle mucho más partido a tus imágenes! Al fin y al cabo quieres que la persona fotografiada salga lo mejor posible. Por lo tanto, deberías aprovechar todas las opciones a disposición a la hora de hacer una fotografía: ya que sigue tratándose de un smartphone con el que tomas las fotografías, el proceso seguirá siendo rápido y fácil. Así, no solo tomarás bonitos retratos de otras personas, sino que también optimizarás fácilmente tus propios selfies antes de apretar el botón.
En resumen: no se tarda más al usar la cámara fotográfica normal del smartphone que al usar la cámara frontal, pero ofrece una mejor resolución, nitidez, contraste y posibilidades de ajuste, por lo que deberías darle preferencia siempre en lugar de a la cámara frontal de tu smartphone.